(Nota previa: para la comprensión del texto, se recomienda ver el vídeo correspondiente del canal: https://youtu.be/r6Mu5xoQSMs)
Valoración crítica de la obra literaria posterior a 1975
Los santos inocentes fue escrita por Miguel Delibes y publicada en España en 1981. Es una obra que no corresponde a las tendencias de la vuelta a la narratividad propias de su tiempo, sino que retoma por un lado ciertos elementos de la literatura experimental de los años 60 y 70, al tiempo que sirve de precursora de una serie de elementos que configurarán posteriormente la llamada literatura de la reivindicación de la memoria colectiva.
La novela cuenta una serie de hechos terribles que tienen lugar en una zona rural de Extremadura, en torno a dos familias que conviven en un cortijo; una de ellas es humilde y trabaja para la otra, adinerada y que ejerce de latifundista. Ambientada a principios de los años 60, la obra refleja la extrema pobreza, miseria, analfabetismo y atraso social que se vivía en la España de la posguerra, así como las injusticias y diferencias sociales. Todo ese caldo de cultivo genera una serie de choques que terminarán con el trágico asesinato de uno de los caciques.
La obra está narrada por una voz anónima que parece identificarse con uno de los trabajadores del cortijo. Esto lo podemos saber por la gran cantidad de errores sintácticos y gramaticales que comete al expresarse, lo que unido a la falta de corrección en la puntuación (el texto no cuenta con signos de puntuación claros, marcas de guion en los diálogos, etc.), dificulta en un primer momento el acceso a una narración que, no obstante, pronto revela su facilidad para centrarse en los hechos y palabras esenciales de la trama. A ello contribuye también la estructura de la novela, que consta de seis capítulos cortos centrados cada uno en un personaje distinto, y que otorga a la obra un carácter de protagonismo coral.
Atención especial merece por parte del autor la falta de cultura, higiene y salud que sufre la clase oprimida. Varios de los personajes de la familia de Paco el Bajo son retrasados o tienen deficiencias, y se muestran sumisos hasta el extremo ante los deseos y caprichos de sus dueños, que actúan a todos los efectos como señores feudales y disponen de ellos aun a costa de su salud, educación y principios. El sinsentido, casi rozando el nihilismo, del desenlace de la obra, así como de sus muchos puntos de giro, constituye una de las más desesperanzadoras novelas de Delibes, que vuelve sobre alguno de sus temas fundamentales, como la España rural, la caza o la injusticia social, pero que aquí adquiere un tono mucho más sombrío, salpicado únicamente por los accesos de ternura de Azarías hacia personajes como la Niña Chica o sus aves.
No deja de ser llamativo que esta obra se publicara precisamente en un tiempo en el que España trataba de dejar atrás la memoria terrible de los años de la posguerra. La violencia que refleja la obra, el contraste entre el desprecio por la naturaleza por parte de los cazadores y el amor que siente Azarías, el deficiente que terminará asesinando al señorito Iván tras cazar este a su milano favorita, actúan como símbolos de la imposibilidad de la convivencia en un mundo marcado por una jerarquía injusta y opresora.
La novela cosechó un éxito impresionante, confirmando esta obra de madurez de su autor como una muestra más de su magisterio para todos los narradores de su tiempo, y le valió el Premio Príncipe de Asturias al año siguiente, además de recibir una magnífica adaptación cinematográfica en 1984 a cargo de Mario Camus. Aunque sin duda, su mayor mérito consistió en convertir esta novela corta en el testimonio impagable de que aquellos felices años 80 intentaban lo imposible: fingir que aquel trágico pasado del que procedíamos no había existido.
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