Tipos de falacia más frecuentes (definición y ejemplos):
1.- Ad hominem. Consiste en descalificar a quien defiende la postura contraria a nosotros atacando directamente a la persona, no a su argumento: Estoy seguro de que Pedro no ha podido hacer un examen tan bueno porque es un vago.
2.- Ad antiquitatem. También conocido como falacia de la tradición, consiste en argumentar que algo se debe hacer porque se lleva haciendo durante X tiempo: La Constitución española no debe modificarse porque es un texto que lleva legislando nuestra democracia desde hace más de cuarenta años.
3.- Ad baculum. Consiste en argumentar que nuestra postura es más correcta porque poseemos una fuerza mayor, en sentido literal o figurado, que nuestro oponente: Es lógico que Miguel sea el capitán de su equipo porque ha pegado el estirón antes que el resto.
4.- Ad ignorantiam. Consiste en defender una idea basándonos en la falta de pruebas que demuestren lo contrario: Como no se ha podido demostrar que no existe la vida extraterrestre, tiene que existir por fuerza.
5.- Ad nauseam. Consiste en afirmar algo que no es cierto y repetirlo tantas veces que el mensaje termina calando en el oyente, que de tanto escucharlo termina dándolo por válido aunque no tenga pruebas efectivas de ello. Suele dar pie a todo tipo de creencias populares y leyendas urbanas que terminan formando parte del imaginario colectivo de una sociedad: Los padres que quieren de verdad a sus hijos hacen un esfuerzo para que estos puedan ir a una universidad privada.
6.- Ad populum. Consiste en tratar de demostrar que algo es cierto porque así lo opina también una indeterminada o determinada mayoría: Donald Trump no puede ser tan mal presidente del gobierno si en su momento fue votado por 60 millones de personas.
7.- Alegato especial. Consiste en invalidar la tesis contraria en función de que carece de una experiencia o sensibilidad que se destaca de manera subjetiva como algo esencial. Por ejemplo: Usted me dice que mi hijo no se porta bien en clase pero usted no es padre/madre, y por tanto no entiende lo que significa criar a un niño.
8.- Sesgada. Consiste en defender una idea general que se infiere a partir de una prueba insuficiente. Los Nissan nunca dan problemas: mi coche desde hace años es un Nissan y nunca me ha dado problemas.
9.- Falso dilema. Consiste en situar a la parte contraria a nuestra tesis ante un dilema extremista, radicalizado, donde hay dos posturas antitéticas que no admiten matices ni escala de grises, y que generalmente suelen falsear la realidad al plantearla como una ambivalencia excluyente. Si no estás conmigo, estás contra mí. / Si no estás de acuerdo conmigo, es que estás en contra. / etc.
10.- Punto medio. Consiste en que ante una determinada situación, se propone una solución como la mejor alternativa, ya sea por considerarse más moral, práctica o necesaria, por el hecho de situarse en una suerte de término medio. En la Segunda Guerra Mundial hubo muchos muertos por todas las partes, de modo que no cabe hablar de héroes o villanos.
11.- Relativista. Consiste en subjetivizar hasta el extremo la teoría de la parte contraria, aunque la esté defendiendo con argumentos sólidos, con la excusa de que toda opinión es respetable y debe ser aceptada. Me han puesto un dos en el examen pero yo tengo la conciencia tranquila porque sé que he estudiado mucho y me he esforzado al máximo.
12.- Elusión. Consiste en eludir el tema del debate, ante el que uno se sabe derrotado de antemano, cambiando de tema o derivando el tema hacia un punto que interesa para desviar la atención. Se nos puede presentar como un desvío interesado (Esas acusaciones de corrupción ahora no proceden, con la situación que tenemos, porque hay cosas más importantes de las que ocuparse) o por una variante de esta falacia, llamada del tu quoque (Esas acusaciones de corrupción hacia mi partido no son admisibles porque vienen de un partido que está imputado por corrupción, y en muchas más investigaciones)
Comentarios
Publicar un comentario